Ayer estuve con mi hija en la última comunión de la temporada, de momento por este año hemos salido airosas.

Una compañera de las seven, como ellas llaman a su chupi pandi, llegó casi cuando se terminaba la ceremonia más seria que un ajo, triste y enfadada, al verla así le pregunté a su madre. Y qué curioso el motivo de llegar tarde había sido porque se habían peleado por la ropa.

No quería ponerse un vestido, quería ir con unos vaqueros cortos y una camiseta cualquiera, tal y como les gusta vestir a casi todas las niñas de esa edad.

Se había perdido la comunión de su compañera porque no quería ponerse un vestido, y se había enzarzado en una pelea de gallos con su madre cuyo único trofeo fue perderse un momento especial con sus amigas.

¿Cuantas de vosotras os habéis visto reflejadas en esa situación con vuestras hijas?

Yo muchas, y normalmente solía terminar en: “he dicho yo que te pones esto y punto. O, porque lo digo yo que soy tu madre”, más el añadido del enfado que se venía conmigo al evento en cuestión y que la verdad me costaba digerir.

Hubo un momento en mi vida que pensé, hasta aquí, hay ciertas cosas por las que no peleo con mis hijos, y uno de ellos fue la ropa.

¿Significa que a partir de ese momento ellos tomaron el control para ponerse lo que les daba la gana y así fuera conflictos? Jajaja, eso hubieran querido.

A partir de ese momento los utilicé de conejillos de indias. Saqué del armario todos mis conocimientos en cuanto a temas de diseño se refiere y busqué la manera de enseñarles poco a poco cómo crearse un gusto estético…, en definitiva, les doté de las herramientas necesarias para que ellos solitos pudieran ser autosuficientes en cuanto a términos de moda se refiere.

Soy una mama cualquiera, apasionada del diseño y loca de amor por sus hijos que se ha visto desborda en muchas ocasiones por situaciones en lo que lo único que pasaba era que no ponía en práctica todo el conocimiento que tenía, y que daba por supuesto que como yo sabía, ellos simplemente por ser mis hijos tenían que saber también.

Me da mucha pena cuando veo niñas, tristes por un vestido, es por ello que me he animado a compartir estos trucos que a mí me han funcionado, y han hecho que en mi casa por la ropa no se pelea.

 

1º ¡SE ME OLVIDÓ EXPLICAR!

El primer error que yo cometí fue dar por hecho que ellos entendían que, si íbamos a un evento, tipo boda, comunión o bautizo había que ir arreglado.

Ir a un evento era para ellos ir a un sitio, con primos, amigos…en el que seguramente habría bolas, monitoras para jugar, lo que implicaba pasárselo bomba, conclusión de la vestimenta, mamá quiero ropa cómoda, quiero el chándal, y en el caso de mi hija, toda su preocupación pasaba por que no se le vieran las braguitas, cuando saltara en las colchonetas.

La solución pasó por una breve explicación de cómo vestimos niños y mayores en este tipo de eventos. El significado de que vistamos de esta manera, y cuáles son las normas básicas de protocolo que todos debemos cumplir.

2º PLANIFICA Y GANARÁS

El segundo paso, está en no dejarnos todo para el final.

Tal y como vamos en el día a día es muuuuy complicado, pero necesitamos de un tiempo de organización y aceptación del modelito con ellos (en caso de ser niños contrarios a este tipo de ropa), y las prisas y la improvisación no suelen ser lo mejor.

Planificaremos con tiempo lo que se van a poner. Nuestra labor será hacer una selección previa de dos o 3 conjuntos máximo, teniendo claro que nos basaremos en los colores que les sienten bien, los patrones que mejor le van a su cuerpo, y alguna preferencia suya, ya sea de color, estampado, tejido…ojo mamis, no hagáis trampa, solo vale pensar en ellos, no en esa monada que sabes que no le va nada, pero que te encantaría que se pusiera.

Esta parte suele ser la más complicada, y la que supone que demos más vueltas. Es por ello que no les haremos partícipes aquí, es una fase que en muchos casos se hace agotadora y más para ellos.

Seguro que tras la búsqueda hemos encontrado dos o 3 modelitos que nos encajan a la perfección, debes estar segura que te gustan las opciones elegidas, es aquí donde les hacemos partícipes, ellos serán los que elijan la opción que más les guste.

Si previamente los has elegido tú, luego no vale si no elige tu preferido, los… no ese no que no me gusta.

Tras haber decidido la prenda principal, elegimos también el calzado y todos los complementos que sean necesarios, incluso decidiremos el peinado que se van a hacer.

Seguiremos aplicando el mismo criterio, nosotros haremos la búsqueda, preseleccionaremos y les dejaremos elegir solo al final.

 

3º ESTE VA A SER TU PASO PREFERIDO

Teniendo todo elegido ya nos podemos olvidar hasta el día de la celebración. Noooo, ahora viene una de las fases más importantes.

Preparar las prendas y adaptárselas a ellos, queremos que se sientan bien y seguros con lo que se van a poner.

Si la prenda en cuestión necesita de algún ajuste lo haremos, cuanto más favorecidos se vean mejor, y muchas veces esto pasa por coger un poquito el bajo, hacer una pequeña pinza lateral, coser un lazo para que no se mueva y no les incordie…

Lavaremos y plancharemos en caso de que sea necesario para que esté todo perfecto, un buen planchado hace maravillas en las prendas.

Y unos días antes del evento le probaremos todo al completo, incluyendo el peinado.

En este punto queremos cercioramos de cómo se siente, y si hay algún elemento en concreto con el que no esté a gusto, tratamos de arreglarlo y adaptárselo, normalmente suelen ser zapatos que rozan, etiquetas que pican…estos detalles no los dejamos para el día que se tiene que vestir, puedes ser motivo de dinamitar en pelea.

4º NUNCA SOBRAN LOS ALAGOS, NI LOS BESOS

Como punto final del proceso les recalcaremos lo bien que han elegido, lo bien que les sienta lo que llevan y lo bien que se lo van a pasar.

Y aquí te doy un extra, cuando ya estemos en el sarao, puedes compincharte con alguna, tía, prima, hermana, mamá de alguna amiga…para pedirle el favor que haga algún alago a tu hijo sobre lo bien que le sienta lo que lleva puesto.

Acéptalo, tú le puedes decir mil veces lo bien que va, el valor de que se lo diga un ajeno se multiplica por 100.

Te garantizo qué si sigues mi método, para el próximo evento querrá ponerse ese look, así que, qué no te de miedo a repetir, no pasa nada por repetir modelo, lo importante es repetir en la seguridad de que lo que ha elegido lo ha elegido muy bien.

Querida amiga de las seven, eres una niña preciosa y llevabas un vestido muy bien elegido con el tono de tu piel y tus ojos, tan solo te faltó el tiempo de prepararlo mejor y elegir los accesorios y complementos adecuados.

Te animo a que lo hagas ahora con tranquilidad, para que en el próximo evento tengas la seguridad de que vas a brillar.

 

y...antes de despedirme déjame que te deje algunas ideas para esta edad de alrededor de los 9, 10 años que tanto nos cuesta encontrar modelos para ellas.

Me encanta asesoraros,  pregúntame tus dudas sobre moda infantil, te responderé encantada

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