El primer paso es vaciar el armario y clasificar la ropa que se queda y la que se va.
Es más fácil si lo haces por secciones, por ejemplo, primero camisetas, luego pantalones, pijamas, ropa interior…evitarás ver la habitación desordenada, y en caso de no poder hacer el cambio de armario del tirón no tendrás el cuarto patas arriba hasta que puedas volver a retomar la tarea.
Clasifica la ropa que tienes, simplificándolo en dos grupos:
lo que te vas a quedar, y lo que desechas, ya sea por pequeño, por desgastado, porque es incómodo, o porque no le gusta y es una prenda que implica pelea (para mi estas salen del armario las primeras) y los por si acasos los segundos, es decir los de por sí ya no crece más y luego le entra… (convéncete, eso no va a pasar, así que fuera)
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