El mundo del color es cómo la música y saber utilizarlo con maestría puede parecerse a quien sabe tocar el piano, hay muchos elementos y está lleno de complejidad, y si se hace bien aparece la magia. Pero como todo, es cuestión de empezar para ir desvelando el misterio.
Siendo muy prácticas vamos a decirte que entender mejor el color es una gran herramienta, porque podemos usarla para saber cómo resaltar la belleza de nuestros hijos y, además, nos asegura grandes éxitos en nuestras compras online.
Para empezar a descubrir este precioso mundo pintado por el color, te explicaremos cómo elegir los colores que más favorecen a tus hijos. Te contaremos tres secretos y un truco infalible para que mires los colores como una profesional. Y si te interesa o quieres saber más, no dudes en escribirnos. ¡Empezamos!
Antes de comenzar con el primer secreto debéis saber que los colores se afectan entre sí, cuando ponemos un color junto a otro los percibimos de manera distinta que si están por separado. Esto se debe a que la luz refleja los colores y crea un efecto visual donde el color de los objetos se mezcla.
Para que nos entendamos mejor, la intención de seleccionar el color a conciencia es utilizar ese efecto visual que se produce para resaltar los colores naturales de cada persona. Estos colores naturales se dan en la piel, el cabello y los ojos.
Desde Nene Canela te aconsejamos que siempre escuches que les apetece y les dejes elegir los colores que más les gusten a tus hijos porque sabiendo lo que te explicamos a continuación podrás elegir el tono de ese color que mejor les sienta.
El primer secreto es que los colores tienen una “temperatura”. En los colores la temperatura es un concepto abstracto, los azules se consideran colores fríos (como el hielo) y los amarillos se califican de calientes (como el fuego). Se puede entender que un color es más o menos cálido por la cantidad de amarillo que contiene. De la misma manera que un color es más o menos frío por la cantidad de color azul que contiene. Es por eso por lo que un color azul que se considera frío puede ser más cálido si tiene amarillo en su composición. Mira estos gráficos para entender como los colores pueden ser fríos o calientes independientemente de donde partan.
Ahora vamos con el pelo y los ojos, estos pueden tener una temperatura distinta a la de la piel y entre sí. Vamos a sumar cada uno y nos va a ayudar a elegir si hay mayoría fría o cálida. Por ejemplo, nuestro hijo tiene el pelo cobrizo (cálido), ojos azul grisáceo (frío) y piel dorada (cálido) por lo que hacen una mayoría cálida. En base a esto elegiremos colores cálidos para su armario. Y si queremos resaltar, por ejemplo, sus ojos que son fríos, podemos elegir un color frío como el azul en una tonalidad más cálida.
Pasamos al segundo secreto, la “intensidad”. La intensidad del color es como el volumen de la música. Una voz suave puede resultar muy sugerente si se escucha en una habitación pequeña con buena acústica, pero se perdería completamente en un espacio abierto entre los demás sonidos ambiente.
Con esta idea vamos a plantear que los colores intensos pueden ser los neones, los más saturados y vibrantes y los colores menos intensos son los tonos más apagados y los colores pasteles. Si nuestro hijo tiene un pelo oscuro castaño, su piel es muy oscura con reflejos ámbar y tiene los ojos marrones, podemos ponerle colores cálidos con mucha intensidad como un color coral neón o un lima muy saturado. Estos mismos colores si nuestro hijo es castaño de pelo oscuro y piel cálida clara sean demasiado intensos. Si por ejemplo nuestro hijo es rubio platino con ojos azules y piel clara y rosada, sus colores serán más fríos con poca intensidad.
Por último, nuestro tercer secreto, el “equilibrio”. Conociendo la norma de la temperatura y la de la intensidad y entendiendo que los colores los percibimos en su conjunto y no por separado es hora de jugar y hacer combinaciones en las que exista una armonía entre los colores de nuestros peques y los de su ropa.
Ponemos un ejemplo, la preciosa Lola tiene un pelo castaño con reflejos ceniza, ojos verdes grisáceos y piel rosada. Tenemos una niña que es fría y tiene una intensidad media-alta. Por lo que sabemos que los colores fríos de intensidad media le favorecen más que los colores pastel en tonos cálidos.
En la imagen lleva un chándal rojo intenso en un tono frío lo que realza el contraste entre su piel y su cabello. En la imagen de la derecha lleva un chándal rosa frío en un tono apagado que resalta la calidez de su pelo. Si quisiéramos potenciar el color de sus ojos deberíamos elegir tonos verdes o azules.
Por supuesto que la teoría parece sencilla y aplicarla lleva un poco de tiempo, por eso te damos el truco del almendruco. Coje un pañuelo o prenda de color dorado y otro plateado y prueba cada uno cerca de la cara, así sabrás sin duda alguna si eres cálido (dorado) o frío (plata). Aquel que haga que se iluminen tus mejillas, difuminen las ojeras e imperfecciones es tu temperatura. Ahora pruébalo con tus hijos para ver cuál es el suyo.
Recuerda, la práctica hace a la experta. Por eso te recomendamos que hagas pequeñas pruebas con ropa de colores lisos. Acerca una prenda de color al rostro de tu hijo y fíjate si en ese momento la cara parece que se ilumina y se llena de vitalidad. Eso significa que has acertado con el color y si además sientes que al mirar a tu hijo resplandece es que no se ha roto el equilibrio entre los colores. Prueba esto mismo con prendas de distintos colores: diferentes temperaturas e intensidades para que veas y puedas apreciar las diferencias con más facilidad.
Ahora ya conoces la fórmula del éxito para que cada vez que vestes a tus hijos se giren a mirarlos. ¡Buena suerte y disfruta eligiendo los colores de cada temporada!
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