Pero fíjate como son las cosas que todo lo que protesté de chica a mi madre por esto, cambié radicalmente de opinión cuando la madre fui yo.
De bebes me encantaba llevar a mis hijos a juego, sobre todo porque esto me aportaba muchas ventajas, las más obvias eran simplificación en las compras, a la hora de poner lavadoras, elecciones diarias de dos…
Pero además de eso lo fundamental es que llevar a los niños coordinados afianzaba mi sensación de unión familiar. Es una manera muy visual que nuestro cerebro interpreta de forma sencilla potenciando la sensación de unidad, tanto para nosotros como de expresión hacia el resto y eso me gustaba.
Pero si miramos desde el punto de vista de los niños, lo mismo ellos no ven las ventajas tan claras, y tal y cómo me pasaba a mí de pequeña es probable que no les guste.
Sabéis que me preocupa y me siento implicada con utilizar la moda desde edades tempranas como un medio para el descubrimiento y desarrollo de las personalidades y refuerzo de la autoestima de los niños.
Desde esta perspectiva me parece interesante PLANTEAR UNAS PAUTAS que nos sirvan de guía a la hora de elegir llevar a nuestros hijos vestidos igual.
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